11.2.15

¿Autocontrol o Dominio Propio?

Somos llamados a examinarnos a nosotros mismos para ver si estamos en la fe (2 Co. 13:5) y a poner más diligencia en las cosas que hemos oído (He. 2:1); por eso, sea que estemos en duda de nuestra salvación o que tengamos seguridad de ella pero queramos guardarnos del endurecimiento, somos llamados a meditar en este fruto, para no engañarnos. Espero que esta lista de diferencias entre el autocontrol (algo que cualquier persona moral puede poner en práctica) y el dominio propio (algo que sólo puede ser fruto de un creyente verdadero) les sean de ayuda:
 
  • El autocontrol es un esfuerzo de la persona por "reformarse" a sí misma moralmente sacando aquello que le estorba (a la persona misma) para su comodidad (ya sea religiosa, social, psicológica, etc.); el dominio propio es un fruto del Espíritu (Gl. 5:22-23, como "templanza"; 2 Ti. 1:7) que Dios le da a la persona en el momento mismo de la conversión y que va madurando con el tiempo, al ponerlo en práctica.

  • El autocontrol sale de un corazón no regenerado (malo); el dominio propio sale de un corazón regenerado (bueno) (Mt. 7:17-18; 12:33; Lc. 6:43).

  • El autocontrol ve a Dios sólo como un medio para sus propios fines egoístas; el dominio propio encuentra en Dios su fin, su Tesoro, y ya no anhela nada más (Mt. 13:44).

  • La motivación del autocontrol es el orgullo ("demostrar que puedo", "ser aceptado/a", etc.) ya que la persona está en el trono de su corazón y sigue siendo su propio dios (Ez. 28:2); la motivación del dominio propio es la humildad; mira a Cristo que está en el trono de su corazón y espera como un siervo las órdenes de este amante Señor (Mt. 10:24; 23:11; 14:45-46; Jn. 13:13-14).

  • El autocontrol trata con los malos hábitos de manera superficial y ni siquiera los llama "pecado" (un término "demasiado duro" y "religioso"); el dominio propio corta el árbol del pecado desde la raíz: no sólo el hábito en sí, sino los malos pensamientos y las malas motivaciones que lo provocan (Mt. 15:19; Lc. 6:45).

  • El autocontrol busca el aplauso de los hombres (Jn. 5:44; Gl. 1:10); el dominio propio busca el aplauso de Dios, aunque le cueste el de los hombres (2 Co. 10:18).

  • El autocontrol produce "fortaleza" en la persona (o al menos eso cree ella); el dominio propio, paradójicamente, aunque hace proezas, produce debilidad en la persona; debilidad que la lleva más y más a mirar a Cristo, porque sabe que no es por sus fuerzas que está en pie, sino por la gracia de su Señor (Ro. 14:4).

  • El autocontrol mira a los demás con desprecio, aunque trate de disimular, porque, ¿qué le pueden "venir a decir" los demás, si no saben nada?; el dominio propio mira a los demás con amor porque sabe que es sólo por la gracia de Cristo que persevera y que, aparte de esa gracia, él no es diferente a los demás (Tito 3:2-7).

  • El autocontrol se endurece ante la corrección porque no quiere que nadie derrumbe lo que él edificó (ignorando voluntariamente que un día todo va a ser derrumbado de igual manera); el dominio propio es manso ante la corrección y la mira con fe, porque sabe que Dios está edificándolo (Mt. 7:24-27; Pr. 9:7-9).  
 
  • El autocontrol reacciona con frustración y enojo ante las providencias oscuras, porque creía tener todo bajo control y no le agrada la idea de que no sea así; el dominio propio se humilla bajo la poderosa mano de Dios ante la providencia oscura y confiesa que sus planes nunca serán mejores que los de Dios (1 Pe. 5:6).


Nota: No considero el autocontrol como algo malo en sí; de hecho, el mismo dominio propio es en parte autocontrol, pero no es sólo eso.

5 comentarios:

  1. Gracias muchas gracias me llego al alma conocer esa diferencia tan palpable entre el Auto control y El Dominio Propio. Solo cuando uno sigue a Jesús aprende y lo pone en practica.

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    1. ¡Hola! Muchas gracias por leer y por comentar. Te pido disculpas por no haber respondido antes; recién veo tu comentario. Lo tenía medio olvidado al blog, pero acá estoy retomando.
      Espero que andes bien.
      ¡Saludos!

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  2. Interesante artículo, mencionas que el dominio propio es un fruto del Espíritu que Dios nos da instantáneamente en el momento de la conversión.

    Saulo de Tarso es tal vez el ejemplo más claro que aparece en la Biblia sobre la conversión de un ser humano. quien llegó a ser un gran defensor de la fe. De perseguidor a un arrepentimiento genuino, humildad, entrega completa, obediencia a Dios, deseo de aprender y voluntad de sufrir por causa de Cristo fueron algunas de las cosas que experimentó Saulo en su vida. Fue un proceso o fue instantáneo?

    Considerando que la misma conversión es un proceso, considero que el dominio propio también lo es, El espíritu santo y la palabra de Dios hacen reingeniería en nuestra mente transformando progresivamente nuestra manera de ver las cosas de acuerdo a la voluntad de Dios.

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    1. Hola, Walter! No sé si te conozco porque sólo veo tu nombre, pero es un gusto saludarte!
      Gracias por tu aporte. Estoy totalmente de acuerdo! Mi intención en este artículo era diferenciar la obra humana de la "reforma personal" o la "vida moral" de lo que es la obra real que sólo el Espíritu Santo puede hacer en la conversión de una persona, y que es esencial. Esa es la razón por la que mi escrito fue tan "blanco o negro". Pero sé, y el Señor me enseña cada vez más, que a veces no todo es "blanco o negro" en algunas cosas, y reconozco que definitivamente hay grados de santidad, si no seríamos todos perfectos (de hecho, nadie lo es). Pasando en limpio: Tal como yo lo veo, no hay Dominio propio real sin conversión (obra del Espíritu Santo), sino sólo una moralidad vacía; pero una vez que el Espíritu Santo pone en nosotros el dominio propio en la conversión, vamos creciendo en él a medida que lo ejercitamos, a medida que crecemos en la santificación. Creo que el dominio propio es algo que Dios da (2 Ti. 1:7), pero también algo que una vez recibido se nos manda a ejercitar (2 Pe. 2:5-6). ¿Se entiende? También me gustaría leer también tu opinión al respecto.
      Muchas gracias por comentar, y por hacerlo tan amablemente.
      Saludos!

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  3. Amen !! Me encantó este devocional. Totalmente de acuerdo.

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